domingo, 10 de febrero de 2013

EDAD MEDIA

La Edad Media, Medievo o Medioevo es el período histórico de la civilización occidental comprendido entre el siglo V y el XV. Su comienzo se sitúa convencionalmente en el año 476 con la caída del Imperio romano de Occidente y su fin en 1492 con el descubrimiento de América, o en 1453 con la caída del Imperio bizantino, fecha que tiene la ventaja de coincidir con la invención de la imprenta y con el fin de la Guerra de los Cien Años.Actualmente los historiadores del periodo prefieren matizar esta ruptura entre Antigüedad y Edad Media de manera que entre los siglos III y VIII se suele hablar de Antigüedad Tardía, que habría sido una gran etapa de transición en todos los ámbitos: en lo económico, para la sustitución del modo de producción esclavista por el modo de producción feudal; en lo social, para la desaparición del concepto de ciudadanía romana y la definición de los estamentos medievales, en lo político para la descomposición de las estructuras centralizadas del Imperio romano que dio paso a una dispersión del poder; y en lo ideológico y cultural para la absorción y sustitución de la cultura clásica por las teocéntricas culturas cristiana o islámica (cada una en su espacio).Suele dividirse en dos grandes períodos: Temprana o Alta Edad Media (siglo V a siglo X, sin una clara diferenciación con la Antigüedad Tardía); y Baja Edad Media (siglo XI a siglo XV), que a su vez puede dividirse en un periodo de plenitud, la Plena Edad Media (siglo XI al siglo XIII), y los dos últimos siglos que presenciaron la Crisis de la Edad Media o del siglo XIV.Aunque hay algunos ejemplos de utilización previa, el concepto de Edad Media nació como la segunda edad de la división tradicional del tiempo histórico debida a Cristóbal Cellarius (Historia Medii Aevi a temporibus Constantini Magni ad Constaninopolim a Turcis captam deducta (Jena, 1688), quien la consideraba un tiempo intermedio, sin apenas valor por sí mismo, entre la Edad Antigua identificada con el arte y la cultura de la civilización grecorromana de la Antigüedad clásica y la renovación cultural de la Edad Moderna -en la que él se sitúa- que comienza con el Renacimiento y el Humanismo. La popularización de este esquema ha perpetuado un preconcepto erróneo: el de considerar a la Edad Media como una época oscura, sumida en el retroceso intelectual y cultural, y un aletargamiento social y económico secular (que a su vez se asocia con el feudalismo en sus rasgos más oscurantistas, tal como se definió por los revolucionarios que combatieron el Antiguo Régimen). Sería un periodo dominado por el aislamiento, la ignorancia, la teocracia, la superstición y el miedo milenarista alimentado por la inseguridad endémica, la violencia y la brutalidad de guerras e invasiones constantes y epidemias apocalípticas.





















EL FEUDALISMO 

Feudalismo es la denominación historia- gráfica del sistema político predominante en la Europa occidental de los siglos centrales de la Edad Media(Plena Edad Media, entre los siglos IX al XV), caracterizado por la descentralización del poder político; al basarse en la difusión del poder desde la cúspide (donde en teoría se encontraban el emperador y los reyes) hacia la base (donde el poder local se ejercía de forma efectiva con gran autonomía independencia en la práctica por nobles de muy distintas denominaciones, basadas en las del Imperio carolingio -duques, marqueses, condes,barones, caballeros, etc.-). Es habitual emplear la expresión "pirámide feudal" como analogía para explicar didácticamente las relaciones sociales creadas por el feudalismo, y que se prolongaron mucho más en el tiempo con la sociedad estamental del Antiguo régimen, en un contexto histórico marcadamente diferente al de su origen.
Como formación económico-social, el feudalismo se inició en la Antigüedad tardía con la transición del modo de producción esclavista al feudal; a partir de la crisis del siglo III y sobre todo con la disolución del Imperio romano de Occidente (siglo V) y la formación de los reinos germánicos y el Imperio carolingio (siglos VIII y IX).
Feudo (posiblemente del latín feodum, en latín vulgar feudum), que en Alemania se le denominaba Lehen, en Francia Fiet y en los países bajos Leen, es el nombre con el que se designa a la tierra que el señor otorga al vasallo en el contrato de vasallaje.como parte del beneficio que le debe a este por el cumplimiento de sus obligaciones: auxilium et consilium(auxilio, o servicio militar y consejo o apoyo político) la sociedad , a su vez estaba constituida jerárquicamente por los siguientes grupos:
-los clérigos: oratores, es decir, los que rezaban-los nobles: bellatores, es decir, quienes luchaban
-los campesinos: laboratores, es decir, aquellos que cultivaban la tierra

El término «feudalismo» también se utiliza historio-gráficamente para denominar las formaciones sociales históricas caracterizadas por el modo de producción que el materialismo histórico (la historio-grafía marxista) denomina feudal.







EL DESPERTAR CULTURAL

La concepción de la Edad Media como un período de largo y uniforme estancamiento cultural y del Renacimiento como un súbito despertar hace mucho que ha sido superada. Hay un renacimiento de la cultura con Carlomagno y otro, más impresionante aún, en el siglo XII. En este siglo se dio en la mayor parte del occidente europeo no sólo un resurgir de la cultura, cuyo logro más permanente fue la fundación de las universidades, sino también cambios de gran trascendencia en otras facetas de la vida. Crecieron las ciudades, y, con ellas, una economía monetaria y una nobleza cada vez más refinada, que se encuentra, parece, estrechamente en relación con la difusión del amor cortés; se abrieron nuevas rutas comerciales; florecieron las peregrinaciones, y las Cruzadas, que comenzaron en 1096, prosiguieron a través de esta centuria. A comienzos del siglo XIII las órdenes mendicantes de frailes —franciscanos y dominicos— dieron otro modo de expresión a la nueva movilidad del hombre europeo. En la Iglesia y el estado, tendencias centralizadoras les dieron a ambos una mayor estabilidad, que fomentó la expansión de las comunicaciones y la economía, y a la vez se benefició de ellas

Las causas de este desarrollo y sus relaciones con el renacimiento intelectual siguen aún en debate. En cualquier caso, la vida intelectual del occidente europeo se vio enriquecida por la traducción al latín de obras cultas del árabe principalmente, pero también del griego y del hebreo, lo que constituyó uno de los primeros aspectos en que se advirtió el resurgimiento y que paradójicamente se llevó a cabo primero y de modo más intenso en Italia y España (aunque en Italia el desarrollo de la literatura romance se produjo tarde y España sufrió un retraso en casi todos los aspectos). El sur de Italia y España, sobre todo, fueron las únicas zonas de Europa colonizadas por pueblos de habla árabe, y sus condiciones fueron óptimas para la transmisión de la cultura arábiga; el retraso de España bajo otros aspectos es, empero, menos explicable.
La expansión, por lo que se refiere a la educación, fue un factor de mayor importancia en el renacimiento del siglo XII: se ensancharon y enriquecieron las escuelas catedralicias de la temprana Edad Media, y una nueva institución, el studium genérale, conocido más tarde como universidad, surgió en Italia, después en Francia y más tarde en Inglaterra. Poco se conoce de las escuelas catedralicias de España, aunque es probable que una floreciese en Toledo; pudo muy bien haber carecido de universidades hasta principios del siglo XIII '. Un papel relevante en este sentido lo constituye el desempeñado por los juristas (la fusión de la ley común con la adaptación del derecho romano) y, naturalmente, por los filósofos, ya que fue éste un siglo de especial relieve por lo que al pensamiento se refiere. Filósofos y juristas escribían en latín, lengua, además, con una lírica floreciente, sagrada y profana, y de poesía narrativa, que en vez de ahogar la literatura en romance en ciernes, parece haberla nutrido con su renacimiento, al menos al norte de los Alpes y de los Pirineos. El primer foco de cierta consistencia entre las literaturas romances cultas —los trovadores provenzales, Chrétien de Troyes y la primera generación de poetas cortesanos en Alemania— data del siglo XII
España constituye una excepción al respecto. Cataluña, por estos tiempos, bajo muchos aspectos, era más francesa que española, y el sur de la península se hallaba todavía bajo el dominio árabe; los reinos cristianos desde Portugal hasta Aragón muestran, empero, un esquema totalmente diverso del resto de Europa occidental. Si exceptuamos el campo de las traducciones, los rasgos típicos del renacimiento del siglo XII no aparecieron en España hasta el siglo x: la primera universidad se fundó probablemente entre 1208 y 1214 en Palencia; la literatura romance culta (la lírica inspirada por la provenzal) surge a fines del siglo XII en Portugal y Galicia; en Castilla no la hallamos (salvo la épica que autores cultos compusieron en el estilo tradicional y una corta obra teatral) hasta las primeras décadas del siglo XIII; la arquitectura gótica, floreciente en Francia desde 1140 en adelante, no afecta a las catedrales españolas hasta los años 1220. Es insuficiente todavía lo que sabemos acerca de las condiciones sociales y económicas de España en el siglo XII, pero los cambios parece que fueron de advenimiento más retardado que al norte de los Alpes 3. Aún dentro de ese otro fenómeno del siglo XII que son las Cruzadas, España constituye una excepción dentro del mapa europeo: con el Islam activamente peligroso dentro de la península no pudo darse opción a la partida hacia Tierra Santa a muchos caballeros, y los monarcas hispánicos no mostraron ni siquiera un tibio interés por esta empresa hasta ya avanzado el siglo XI. El mismo panorama se nos presenta por lo que atañe a la cultura latina: no se da en España en el siglo XII una importante contribución original en el desarrollo filosófico, y su aportación en el campo literario, aunque respetable, no es sobresaliente; la lírica en latín cuenta con escasa representación s. El retraso de España se refleja incluso en minúsculos detalles: el autor del Libro de Alexandre, por ejemplo, en el siglo x, establece las metas literarias de su obra en términos muy semejantes a los que usara Chrétien de Troyes en el siglo anterior 6; e idéntica analogía e igual distancia cronológica se descubre entre el programa literario de Berceo y el de Wace y otros poetas anglo-normandos.



ESPAÑA Y LA EDAD MEDIA

Historia medieval de España es la denominación historio gráfica de un periodo de más de mil años, entre los siglos V y XV, en el marco territorial completo de la península Ibérica, cuya identificación con la España actual ha sido objeto de debate esencialista acerca de que sea España
Como hitos inicial y final suelen considerarse las invaciones germánicas de 409 y la conquista de Granada de 1492
El reino visigodo, a partir de la batalla de Vouillé (507), abandonó su presencia en Galia y se centró en las antiguas provincias romanas de Hispania. Fracasado el intento de construir una sociedad dual, en la que la minoría visigoda se mantuviera rígidamente separada de la mayoría hispano-romana, a partir del III Concilio de Toledo (589) se fomentó la construcción de una sociedad y cultura comunes, con un gran peso de las instituciones eclesiásticas, bien adaptadas a las estructuras pre-feudales que se venían imponiendo paulatinamente desde la época tardorromana. Las debilidades internas no desaparecieron, permitiendo el rápido éxito de la invasión árabe de 711, que inauguró una prolongada presencia musulmana en España, redenominada como al-Ándalus. En el periodo del Califato de Córdoba (929-1031) alcanzó su cumbre, convirtiéndose en una potencia económica y militar e iniciando una verdadera "edad de oro" cultural que se prolongó mucho más allá de su desaparición como entidad política.
El surgimiento, consolidación y crecimiento de los reinos cristianos medievales peninsulares convirtieron ese periodo de ocho siglos, desde su punto de vista, en una "Reconquista" y "Repoblación" de todo el espacio peninsular, al que ya se denominaba "España" en las nacientes lenguas romances. Se construyó una sociedad segregada en comunidades definidas de forma étnico-religiosa (judíos, moros y cristianos, en expresión de Américo Castro); y fuertemente militarizada (como la geografía, que se llenó de castillos); para la que el uso del término "feudalismo" es objeto de debate historio-gráfico. En lo que hay un consenso generalizado es en destacar el hecho de que, para la configuración de su personalidad histórica, fue decisiva la condición fronteriza cambiante que todas las zonas vivieron en una u otra ocasión. No obstante, las relaciones no fueron siempre violentas: oscilaron entre el enfrentamiento y la tolerancia, permitiendo activos intercambios demográficos, económicos y culturales. Muy frecuentemente, huestes cristianas fueron empleadas por musulmanes, y viceversa. Sólo en algunas ocasiones decisivas se produjeron enfrentamientos entre extensas coaliciones que respondían nítida mente a la división religiosa.
Hasta el siglo XI el predominio fue claramente musulmán. En la plena edad media (el periodo de las cruzadas), entre la conquista de to (1085) y la batalla de las Navas de Tolosa (1212) la situación pasó por distintos puntos de equilibrio, pues los espectaculares avances cristianos conseguidos ante la división andalusí en taifas fueron frenados e incluso revertidos en los momentos en que los imperios norteafricanos almorávide y almohade impusieron su unificación bajo un rigorismo religioso. Las décadas centrales del siglo XIII presenciaron decisivas conquistas cristianas, que dejaron el territorio musulmán reducido al emirato nazarí de Granada, mientras que la estructura territorial peninsular conformaba la denominada "España de los cinco reinos" (el de Granada, el de Portugal, el de navarra y las Coronas de Castilla y de Aragón). En los siguientes dos siglos el proceso reconquistador prácticamente se detuvo, en un contexto de crisis general que incluyó transformaciones estructurales de envergadura (el inicio de la transición del feudalismo al capitalismo), graves conflictos sociales y continuas guerras civiles; mientras surgían las instituciones españolas del Antiguo Régimen, de gran proyección posterior.






EL IDIOMA ESPAÑOL

El idioma español o castellano es una lengua romance del grupo ibérico. Es hablado principalmente en España, Hispano-américa, Estados Unidos y Guinea Ecuatorial, y es la segunda lengua más hablada del mundo por el número de personas que la tienen como lengua materna, tras el chino mandarín con 420 millones de hablantes nativos, y lo hablan como primera y segunda lengua más de 460 millones,superando los 500 millones de personas si contamos a los que lo han aprendido como lengua extranjera, pudiendo ser la tercera lengua más hablada por el total de hablantes,con más de 20 millones de estudiantes, y la segunda en comunicación internacional tras el inglés. El español posee la tercera mayor población alfabetizada del mundo (un 5,47% del total), es la tercera lengua más utilizada para la producción de información en los medios de comunicación, y la tercera lengua con más usuarios de Internet (164 millones, 7,8% del total).Es uno de los seis idiomas oficiales de la ONU . Es también idioma oficial en varias de las principales organizaciones político-económicas internacionales (UE, UA, OEA OEI, TLCAN,Unasur, Caricom, ACP, y el Tratado Antártico entre otras) y del ámbito deportivo (FIFA, COI, IAAF,etc.).

El español, como las otras lenguas romances, es una continuación moderna del latín hablado (denominado latín vulgar), desde el siglo III, que tras el desmembramiento del Imperio romano fue divergiendo de las otras variantes del latín que se hablaban en las distintas provincias del antiguo Imperio, dando lugar mediante una lenta evolución a las distintas lenguas romances. Debido a su propagación por América, el español es, con diferencia, la lengua romance que ha logrado mayor difusión.




CONTEXTO HISTORICO SOCIAL

SITUACIÓN POLÍTICA La Edad Media es el periodo histórico que abarca desde la caída del Imperio Romano de Occidente hasta el final de la reconquista. Se suele dividir en dos grandes etapas: la Alta Edad Media y la Baja Edad Media.

Ø La Alta Edad Media (s. V-XIII)

- En el siglo V cae el Imperio Romano y los visigodos y los visigodos invaden nuestra Península. Se rigen por una monarquía electiva: los nobles y los obispos eligen al rey, en quien depositan todos los poderes.

- En el año 711, tras la muerte del rey godo Witiza, se forman dos bandos: uno a favor de los hijos de Witiza, y otros en apoyo de don Rodrigo, que resulta elegido. Los hijos de Witiza buscan la ayuda de los musulmanes del norte de África. Éstos llegan a la Península, se enfrentan a don Rodrigo (que muere en la refriega) e inician la invasión.

- En 756 se produjo la ruptura con Damasco (capital del imperio musulmán): se constituyó así el emirato independiente de al-Ándalus, que en 929 se convirtió en califato. De esta manera quedó consumada la ruptura política y religiosa con Oriente.

- Los árabes van empujando a los cristianos hacia el norte (valles de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos), donde quedan estos reductos: reino asturleonés (del cual se independiza Castilla más tarde), reino de Navarra, reino de Aragón y los condados catalanes.

Ø La Baja Edad Media (s. XIII- XV)

- A partir del siglo XIII, coincidiendo con la definitiva fragmentación de al-Ándalus en reinos de taifas, se organizó e impulsó la expansión territorial conocida como Reconquista, es decir, el avance de los reinos cristianos hacia el sur de la Península. En esta época 5 reinos integran la Península Ibérica: Castilla, Portugal, Navarra, la Corona de Aragón y el reino nazarí de Granada.

- En el siglo XIV se paralizó la expansión militar castellano-leonesa, en coincidencia con una época de crisis general.

- En la primera mitad del siglo XV reinó una gran inestabilidad política, producto de los conflictos entre aristocracia y monarquía.

- Con los Reyes Católicos –Isabel de Castilla y Fernando de Aragón que contrajeron matrimonio en 1469-, se instauró una monarquía dual que implicaba la unión en sus personas de ambos reinos, en los que se restringió el poder de la nobleza. Los monarcas abordaron la unidad territorial de la Península anexionando , en 1492, Granada, último bastión musulmán, y en 1512, Navarra.

- Algunos judíos habían ocupado puestos clave en el gobierno, ante el recelo de los cristianos viejos. En 1478 se creó el Tribunal de la Inquisición, para vigilar las conversiones, y en 1492, se obligó a los judíos a convertirse o abandonar el país, por lo que muchos de ellos salieron de la Península.

- En 1502 se expulsó de Castilla a todos los no conversos, incluidos los musulmanes.

- El reinado de los Reyes Católicos traspasó los límites continentales: en 1492, Colón llega a América, y desde entonces se desarrollaron expediciones hacia el Nuevo Mundo.

SITUACIÓN SOCIAL

- La característica fundamental de los pueblos cristianos fue la organización en reinos. El poder real tenía carácter divino (se era rey “por la gracia de Dios”) e incluía la jefatura suprema de Ejército, potestad legislativa y atribuciones político-administrativas.


- La sociedad medieval se hallaba sumamente jerarquizada, lo que se evidencia en las grandes diferencias entre los grupos sociales:

> Nobleza: dedicada a las tareas de guerra, constituía el grupo social dominante y disfrutaba de grandes privilegios. También existían grupos diferentes:

- Ricos-hombre, dueños de extensos territorios y con cargos en la corte.

- Infanzones, nobles de linaje, sin el poder político y económico de los anteriores.

- Caballeros villanos, que podían costearse un caballo para participar en la guerra.

> Burguesía: la constituían los artesanos y comerciantes que habitaban los burgos (ciudades). Al comienzo de la E.M. no eran aún una clase en expansión.

> Campesinado: encargado de cultivar la tierra, constituía un grupo heterogéneo carente de privilegios.

> Marginados: debido a la vejez, enfermedad o viudedad (en las mujeres), existía un nutrido grupo de pobres dedicado a la mendicidad.

> Clero: era también un grupo privilegiado, su función consistía en administrar los sacramentos y predicar la doctrina cristiana. Los grandes dignatarios poseían vastos dominios y ocupaban altos cargos, pero el bajo clero, pese a sus privilegios, se hallaba más próximo a los sectores populares.

> Grupos sociales minoritarios: entre los musulmanes que vivían en los territorios cristianos, se encontraban los mudéjares (que no renunciaban a su lengua ni a sus creencias), y los moriscos (musulmanes convertidos al catolicismo).

En al-Ándalus, los hispanogodos se dividieron en muladíes (islamizados e incorporados al mundo musulmán) y los mozárabes (que mantenían su lengua y sus creencias religiosas).

Tanto en la zona cristiana como en la musulmana, había también judíos, que se dedicaban, en su mayoría, al comercio y la industria. Debido a la hostilidad de los almorávides y de los almohades, muchos emigraron a Castilla y León, donde ocuparon puestos de confianza de reyes y nobles. Pese a los enfrentamientos en los reinos cristianos la convivencia fue llevadera hasta el siglo XIV.

Como consecuencia de la repoblación, llegaron números extranjeros denominados genéricamente francos, que se dedicaban al comercio y la artesanía.

- En el siglo XIII, aparecieron las órdenes militares, congregaciones de monjes soldados que aunaba el fervor religioso con el espíritu militar y caballeresco. Destacaron las órdenes de Santiago, Alcántara y Calatrava

-En el siglo XIV las epidemias, el hambre y las guerras causaron una gran merma demográfica que afectó en especial al mundo rural.

Mientras los mudéjares se convertían al cristianismo o emigraban a Granada y al norte de África, los judíos fueron víctimas de la hostilidad de las masas cristianas, que los acusaban de todos los males. Por ello, muchos se convirtieron al cristianismo, lo que originó un nuevo problema: el enfrentamiento entre cristianos viejos y cristianos nuevos o conversos.

-En el siglo XV disminuyeron los brotes epidémicos, lo que produjo una recuperación demográfica que favoreció la reconstrucción agraria de Castilla.

SITUACIÓN CULTURAL

-Durante la Edad Media conviven en la Península tres grandes culturas:

* Cultura andalusí: En la zona de dominio musulmán existe un gran interés por la cultura y se potencian las escuelas donde se traducen al árabe obras científicas y médicas del mundo antiguo griego, indio, persa o chino. Destacan las obras arquitectónicas urbanas (ciudades), religiosas (mezquitas) y militares (alcazabas, torres).

* Cultura judía: Viven en la zona de dominio musulmán. Colaboran en la traducción de grandes obras del saber.

* Cultura cristiana: Los monasterios se convierten en los centros culturales por excelencia. En ellos, los monjes copistas reproducen y comentan textos sagrados y literarios dela cultura clásica.

-Las peregrinaciones cristianas facilitaron el contacto con Europa, Santiago de Compostela fue, junto con Roma y Jerusalén, uno de los grandes objetivos de los peregrinos.

A lo largo de la ruta jacobea o Camino de Santiago se establecieron artesanos y mercaderes, la mayoría extranjeros.

-Desde mediados del siglo XI se construyeron numerosos edificios.



CONTEXTO LITERARIO

La literatura española comienza con las primeras poesías en lengua romance castellano.

Recordemos que en el Imperio Romano la Unidad Lingüística la constituía el Latín y la Unidad Política estaba centrada en Roma. Después de la caída del Imperio Romano, las regiones fueron modificando su lengua, evolucionando y modificándose con influencias de los pueblos primitivos, las lenguas de los invasores y las características propias de cada zona. Así nacieron las lenguas derivadas del latín vulgar que se hablaba en las provincias, llamadas Lenguas Romances, entre las cuales están el castellano, el francés, el provenzal, el portugués, el sardo, el italiano, el catalán, el rumano. Durante varios siglos de la era cristiana los textos seguían escribiéndose en latín.

La obra más antigua en romance castellano que se conserva es el Poema o Cantar de Mio Cid, del Siglo XII (Hacia 1140).

Se sabe que hubo en la Península Ibérica manifestaciones anteriores de poesías primitivas, de las que ha quedado poca documentación escrita. Generalmente eran algunas poesías amorosas cantadas por trovadores, en lengua galaico-portuguesa o en romance castellano, también villancicos y las cancioncillas mozárabes o muwassahas en hebreo y jarchas, de las que quedan algunos testimonios en trozos poéticos de Yehudá Haleví y de Todros Abulafia.